MI HIJA, MI AMIGA
Esta será una entrada especial y difícil entre otras cosas porque no será Laura quien la escriba, ella se marchó el 12 de Febrero.
Este diario surgió de unas maravillosas personas, sus profes del hospital, y además de sorprendernos a todos su don para la escritura, durante mucho tiempo fue una de las pocas motivaciones para Laura, cuando no se encontraba muy bien siempre estaba su ordenador y... vosotros.
Muchas gracias a todos por haber puesto una sonrisa en su preciosa carita cuando leía vuestros comentarios y por hacer que sus ojos se iluminaran a ver cuantos seguidores tenía, siempre me decía "Mami, me voy a hacer famosa".
Sé que Laura ha dejado una huella importante en todas las personas que la conocieron, al igual que sé que a vosotros os ha conquistado a través de sus escritos ¿Como alguien tan menudita ha sido capaz de enamorar a tantas personas?
Laura era como reflejaba en sus escritos, una niña de 13 años a la que la vida le enseñó a madurar demasiado pronto y cruelmente su serenidad, su valentía y humildad eran envidiables; Laura era tímida, prudente, educada, que adoraba a su hermano y que tenía muy claro lo que quería, ponerse buena para volver a sus clases.
A mí me enseñaste muchas cosas princesa, a poner inyecciones, a hacerte las curas, hacer manualidades, a tener esperanza, a no tirar la toalla, a soportar ingresos interminables, a reírme y también a llorar contigo... tantas y tantas cosas, lo único que no me enseñaste cariño es a vivir sin ti y no sé como se hace.
He perdido algo más que una hija también he perdido a mi amiga, mi confidente, mi compañera.
Me considero muy afortunada y orgullosa de ser tu madre y haber podido disfrutarte 13 años, pero después de tantos meses, tantos días y tantas horas juntas me encuentro tan perdida.
¿Cómo se domina tanto dolor, tanta pena, tanta tristeza y tanta rabia?
¿Qué hago con todos los mimos, todos los besos y todo el cariño que tenía preparados para darte?
Muchas, muchísimas gracias a todos por haber conocido a Laura, por quererla, cuidarla, mimarla y, sobre todo, por respetar sus decisiones, !Cuántas personas maravillosas hemos conocido en este duro y triste camino!
Habéis ayudado a Laura más de lo que podáis pensar y creo que todos hemos aprendido algo de ella.
Yo os mando un beso enorme a todos, en especial a todas las mamás que, como la de Germán, pertenecemos a este amargo Club de madres y padres que viven porque respiran, no respiran para vivir.
Mari Carmen (la mamá de Laura)